En el proyecto de Presupuestos, la partida destinada a Defensa asciende a 10.155,27 millones de euros. Un estudio comprueba que el gasto militar real es más del doble. Se trata, además, del ministerio que acapara más inversiones.
De los Presupuestos Generales del Estado, a menudo se destacan las grandes cifras: lo que corresponde a cada ministerio, las oscilaciones respecto a años anteriores, las inversiones… Pero basta con profundizar un poco para comprobar cómo la cantidad destinada a algunos sectores es muy superior a la contemplada oficialmente bajo su epígrafe. Se nutren de consignaciones estratégicamente difuminadas a lo largo de toda la maraña numérica que conforma las cuentas. Es el caso, por ejemplo, de la Religión y, sobre todo, de la Defensa.
Quien ha inquirido y recorrido los insondables caminos de las partidas de gastos es Juan Carlos Rois, cuyo análisis –hecho público por el Grup Antimilitarista Tortuga– arroja una conclusión evidente: el presupuesto militar real poco tiene que ver con los 10.155,27 millones de euros consignados al Ministerio de Defensa en los Presupuestos para 2022, recientemente aprobados por el Congreso de los Diputados.
Solo con las aportaciones de otras carteras a programas directa y claramente relacionados con el militarismo, dejaría un gasto de 20.693,85 millones de euros. Más del doble.
El gasto en armas crece un 21,6%
Antes de ahondar en las cifras, una breve reseña sobre los programas que más dotación se llevan del presupuesto oficial de Defensa. El primero es el llamado «Programas especiales de modernización», o lo que es lo mismo, el gasto en armas, que para 2022 será de 2.848 millones de euros. Esto indica un crecimiento del 21,6% respecto a 2021. Destacan los 593,8 millones destinados a la compra de 87 aviones de combate EF2000, que se describen como «de superioridad aérea y alta capacidad de ataque en superficie».