La acuñación al español de "losers", en el sentido de “excluidos sociales” para definir a quienes el sistema ha despojado de cualquier valor, se opone a quien ha logrado perdurar en la semblante ley de la selva, bajo la que nos desenvolvemos, y reunir una considerable acaparación de bienes materiales.
Los inexistentes términos, calificativos de la noción de persona, no deben confundirnos y llevarnos a engaño o hacernos caer en la trampa de visionar la condición humana en parámetros nocivamente económicos. La cooptación de la libertad es un añadido que rebaja aún más la desnaturalización del significado que describe al ser humano en toda su extensión. Frente al nuevo condicionamiento del lenguaje, no cabe otra opción que abrir los límites, en el sentido definitorio de Wittgenstein, del pensamiento.
Rubén López