Fernando el Católico, se consideraba a sí mismo heredero de Carlomagno, cuyas fronteras se situaban en la Península Ibérica. El viejo devenir castellano de ultramar ha desaparecido en su ámbito político o económico. Sin embargo, el español se ha convertido en la segunda lengua más hablada de todo el mundo, y por los caminos de Castilla, siguen peregrinando, a pie, las gentes llegadas de cualquier parte de aquel.
En la convección de dos vectores, el eterno regreso al origen y la ley de la conservación, la línea divisoria del tiempo se difumina para crear un puente entre el pasado y el presente que imposibilita evitar el avance de toda proyección hacia el futuro de la tradición y sus costumbres, a pesar de cualquier aparente estado cambiante.
Rubén López