El principal problema que plantea el salto en el tiempo, es el adelanto tecnológico que propicia la imposible imparcialidad en el tablero de juego y, hace difícil, alcanzar otra alianza que no sea el alineamiento con los principales actores, bien sea de un lado o de otro.
La cuestión de fondo del nuevo escenario internacional, determina la problemática de cómo afrontar la situación bajo el prisma de quienes interpretan una posición de segundo orden, frente a quienes ostentan un prioritario papel principal.
La cuestión segura es que se vislumbran ya las nubes de la tormenta, que se ciernen sobre el horizonte de las próximas décadas, bajo el anticipo de una guerra económica y no conforme a la descripción de quienes las han calificado como silent weapons for quiet wars; esto es, armas silenciosas para guerras tranquilas, y como preludio de una todavía no cercana pero posible devastadora guerra total, de dimensión planetaria y de proporciones impredecibles.
Rubén López