“Desnudar un santo para vestir otro”. Esta podría ser la tónica de la implantación de las dos nuevas líneas de autobuses que se estrenarán el próximo 2 de marzo. Se trata de la L-3 y la L-4, que circularán de manera ininterrumpidamente desde las 5 horas de la madrugada hasta las 23,30 hora, de lunes a domingo.
Concretamente, la L-3 realizará el recorrido desde la estación de Cercanías, pasando por el sector de Adelfillas, Las Vegas, calle San Sebastián, también pasará por El Portachuelo, la ronda oeste (dirección sur), calle Huertas, Ejidillo, Centro de Salud Sur, San Sebastián y Las Vegas, dirigiéndose desde aquí al sector de Adelfillas para finalizar en la avenida de Cristóbal Colón El recorrido inverso será similar, excepto que desde la calle San Sebastián se seguirá por la avenida de la Libertad hasta La Soledad.
Por su parte, la línea L-4 también partirá de la estación de Cercanías Renfe, aunque en esta ocasión recorrerá las avenidas Juan Pablo II y Severo Ochoa, siguiendo por la carretera Hoyo de Manzanares hasta El Portachuelo. A partir de aquí cogerá la dirección norte de la ronda Oeste hasta Santa Teresa, avenida del Mediterráneo, calle Córdoba, Vista Nevada y Zurbarán. Desde aquí irán al nuevo sector del Alto Eugenio. Esta línea también prolongará su trayecto hasta la Famet en las horas de entrada y salida del personal.
Pero esta remodelación del transporte urbano, por buena que parezca, también tiene sus puntos negros, ya que la puesta en marcha de las dos nuevas líneas implica la cancelación de otras dos líneas cruciales para un gran número de vecinos que, a partir del 2 de marzo tendrán que desplazarse bastante lejos para poder llevar a sus hijos al colegio.
Remodelación vergonzosa
El transporte público de Colmenar Viejo ha sido uno de los servicios más criticados en los últimos años por parte de la mayoría de vecinos del municipio, especialmente aquellas líneas que conectaban con la estación de Renfe, con una total falta de coordinación entre ambos servicios. Las protestas vecinales y las mociones de los grupos de la oposición han sido constantes y pedían una adecuación de estas líneas.
A esta falta de coordinación también hay que sumar la puesta en marcha de nuevas zonas de viviendas en diferentes sectores del municipio, muy distantes de la estación y a los que también hay que darles servicio. Pero la remodelación emprendida por el equipo de gobierno del PP con un equipo técnico del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, no ha gustado a barrios de toda la vida de Colmenar que se quedan sin el transporte que les dispensaban las dos líneas que se eliminan.
Hace escasas fechas se denunciaba a través de las redes sociales como la zona de Fuente Santa se quedaba sin una parada importante para los vecinos. Y es que estos no se quejan de la puesta en marcha de las nuevas líneas, que las consideran necesarias, sin que la implantación de estas dejen sin transporte a otros vecinos.
Este es el caso de los vecinos que se verán afectados, de manera directa, por la eliminación de la L-1 y la L-6, Los cuales consideran “genial” que se pongan en marcha nuevas líneas, siempre que no sea como consecuencia de eliminar otras. Por esta razón califican de “vergonzosa” la actitud del gobierno del PP ya “que mientras que en otros municipios cercanos como Tres Cantos el transporte crece y evoluciona ampliando sus líneas SIN ELIMINAR ninguna..., y nosotros dando pasos gigantescos hacia atrás..., esto no es mas que un intento chapucero por mejorar la calidad y las carencias del transporte urbano en Colmenar pero como parece que no hay presupuesto para ampliar personal ni flota de autobuses... lo único que han conseguido es desvestir a un santo para malvestir a otro...”
Recogida de firmas
Según señala algún vecino de la zona, la L-1 es la única línea circular que pasa por la mayoría de colegios y residencias del municipio, algo que no se ha programado en las nuevas líneas que entrarán en marcha, por lo que consideran su eliminación un grave trastorno “para todas las personas, madres, padres, abuelos que llevamos a nuestros hijos al colegio, pero sobre todo será una falta gravísima contra nuestros mayores que se tendrán que quedar en la residencia o en sus casas porque no podrán hacer transbordo o ir a paradas mas lejanas para llegar a su destino”.
También como es el caso de una madre soltera, con un niño de 6 años con autismo, personas que se encuentran muy arraigados a sus rutinas. Según asegura esta madre “me costará un infierno llevarle a otra parada mas lejana en la que para llegar tendremos que andar un buen trecho cruzando por al menos cuatro pasos de cebra, todo esto tirándose por el suelo a cada rato y probablemente con crisis de ansiedad por que no entenderá por que vamos a una parada tan alejada en vez de a la de siempre, al lado del cole”.
Esto ha llevado a que estos vecinos afectados, después de poner una queja en el Ayuntamiento y de “darse cuenta que no sirve para nada”, han abierto una petición de firmas a través de change.org, a la que ya se han sumado cientos de vecinos y a la que piden que se sumen todos aquellos que consideren que estos cambios no son la solución al penoso transporte colmenareños, ya que lo ideal sería dar un buen servicio a todos sin que para ello signifique quitárselo a otros.
Como se puede apreciar, el transporte urbano promete seguir siendo la gran asignatura pendiente del equipo de gobierno cuando está a punto de finalizar la actual legislatura y todos los grupos políticos deberán enfrentarse a una nueva cita electoral el próximo 26 de mayo.