A veces sano cayendo rendida
en la conciencia de mi almohada.
Y otras, en cambio, sigo vencida
en una batalla
que no se sabe si es perdida o ganada.
Ya no soy la que era.
La misma de ayer.
Soy
la que se auto confina
por miedo a perder el equilibrio.
Por miedo a estar en una cuerda floja
ante el mundo.
Por miedo a caerse mientras todo gira.
Soy
la que cierra los ojos ante el mal que siente.
Sabiendo que en la oscuridad se está mejor.
La que los cierra con la esperanza
de que todo vuelva a la normalidad
al volverlos abrir.