Febrero de los bisiestos y de los que no.
Febrero el corto y el menos cortés.
Marzo, el de idas y venidas,
de días lluviosos y soleados.
El de la entrada de la primavera
y salida del invierno.
El primer mes
del calendario romano.
Sale marzo y llega abril,
con sus aguas mil
Donde se abre la tierra y florecen las flores.
Donde la golondrina que decía Bécquer,
volverá sus nidos a colgar.
Mayo, ya de sus días largos.
Y el de no te fíes hasta el cuarenta de Mayo.
Y Junio, ¿qué decir de junio?
Soleado y brillante.
Con un cielo limpio como ninguno.
Continuará…