Aunque la Comunidad de Madrid les llame becas, la realidad es que son cheques limitados a centros privados y a etapas no obligatorias.
El límite para recibirlos es de 35.913 euros per cápita. Multipliquen por cuatro en una familia con esos miembros
El lenguaje es un instrumento de descripción de la realidad, pero también de manipulación. Según el Diccionario del español jurídico de la RAE, “beca” es una “ayuda pública que, para garantizar la igualdad de todas las personas en el ejercicio del derecho a la educación, tienen derecho a recibir los estudiantes con condiciones socioeconómicas desfavorables en la enseñanza obligatoria”. Hablar por tanto de becas, aunque sea de “becas para ricos”, supone aceptar el término beca, dando por buena la necesidad de llevar a cabo esa subvención con dinero público, y desviar la atención hacia los requisitos de las becas y a los valores de renta a los que afecta, que es precisamente el objeto y lo que justifica la propia ayuda. Así ya nos la han colado antes de empezar, a los medios y a los ciudadanos, porque no son becas.
Aunque la Comunidad de Madrid las llame en su normativa becas de Bachillerato, becas de Educación Infantil, becas de FP Grado Superior y becas FP Grado Medio, (con algún desliz de llamarlas cheques guardería y cheque bachillerato), la realidad es que son cheques limitados solo a centros privados y a etapas no obligatorias, como se puede comprobar.