Las malas artes de PharmaMar con un fármaco atrapa a sus inversores

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PharmaMar ha vuelto a hacer de las suyas. La biofarmacéutica ha utilizado el altavoz de los medios de comunicación para aprovecharse de los inversores incautos e influir en su cotización para la hecatombe de la Bolsa española.

La información remitida sobre un fármaco capaz de parar el avance del coronavirus, que ha provocado importantes revalorizaciones, ha causado un profundo malestar en el sector y en la comunidad científica. Aunque advierten desde el sector que no es algo ilegal, pero sí “muy poco ético”.

Los profesionales, tanto de la investigación como de la inversión, alertan de que el milimetrado lenguaje utilizado y el trasfondo (en plena psicosis) llevan a una idea inequívoca y problemática para muchos inversores. Al fin y al cabo, las noticias sobre un medicamento que puede frenar una pandemia mundial, además español, hacen soñar a los pequeños inversores con pegar un pelotazo. Además, que no es la primera vez que PharmaMar utiliza estás malas artes. De hecho, fuentes del sector biotecnológico alertan de que “el management [la dirección] de la farmacéutica no es el más honesto”.

Todo comienza el pasado 3 de marzo. El presidente de la compañía, José María Fernández Sousa-Faro, explica a los medios de comunicación que tiene puestas “altas expectativas” en su compuesto Aplidina, ya que “por su mecanismo de acción podría tener efectividad para tratar el actual brote de Covid-19”. En ese mismo día, las acciones escalan un 15% y frena el correctivo al que estaba siendo sometido la firma desde mediados de febrero. Aun quedaría más, el 6 de marzo confirma luz verde para sus test y despega otro 15,4%. La traca final llegaría el pasado viernes en el que se disparó un 33,04%, tras advertir que Aplidín “puede ser positivo” para tratar el coronavirus.

 

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