HISTORIA CRONOLÓGICA DE CATALUÑA (XXVI) (DESDE LA PREHISTORIA HASTA LA ACTUALIDAD)
Por Pedro de Felipe del Rey
Por fin, el rey francés, con su ejército, se fue a Francia llevándose todo lo que de valor encontró y robó en España, dejando a sus habitantes sumidos en la más absoluta miseria. Este es el relato: El 21 de junio de 1813, el mismo José Bonaparte dirigía hacia Francia una grandísima caravana cargada con todos los tesoros rapiñados en España; el ejército aliado formado por ingleses, portugueses y españoles, al mando de Wellington, cayó sobre él en Vitoria y lo derrotó totalmente; más de dos mil carros cayeron en poder de los aliados; José tuvo que abandonar su carroza y salvar su vida a uñas de caballo; perdió hasta la espada que le había regalado la ciudad de Nápoles, y el general Jourdan perdió su bastón de mando. Esta derrota disgustó tanto a Napoleón que quitó el mando del ejército a José y lo dio al general Soult. José se refugió en Montfontaine; así acabó su reinado en España en 1813; luego le dio su hermano el mando de París, donde marchó en 1814; a la caída del imperio de Napoleón, se retiró a Suiza con su familia; después marchó a Francia, y luego a Estados Unidos, donde vivió con el título de conde de Surville. Después vino a Inglaterra y, por último, en 1841, se instaló en Florencia, donde murió el 28 de julio de 1844. De su matrimonio con Julia Clay, tuvo dos hijas: Zenaida y Carlota. Al final de su reinado en España, mientras José expoliaba, en 1812, toda España, para transportar, en 1813 a Francia, los tesoros robados, los españoles, estando muchos campos yermos y debido a las malas cosechas habidas en los últimos cuatro años, hombres, mujeres y niños, se caían en las calles muertos de hambre.
3) Las Cortes de Cádiz.
1810-1814: Las Cortes de Cádiz: La Junta Suprema de Gobierno que dejó formada Fernando VII al marcharse de Madrid, perdió toda su eficacia por su antipatriotismo; por lo que los individuos más destacados de las Juntas provinciales (pues se formaron Juntas provinciales y Juntas locales de gobierno, para dirigir la resistencia española contra el invasor) nombraron a la Junta Suprema Central Gubernativa del Reino, que se instaló en el Palacio Real de Aranjuez el 25 de septiembre de 1808; eligieron a Floridablanca (representante de Murcia) por presidente, y a Martín de Garay por secretario. Por la proximidad del enemigo, la Junta Suprema Central marchó a Sevilla, donde, muerto su presidente, fue reemplazado por el marqués de Astorga; luego, la Junta acordó la creación de la Comisión Ejecutiva y la apertura de las Cortes para el 1 de marzo de 1810, después para el 10 de mayo del mismo año; luego marchó la Junta Suprema Central a la isla de León, donde, el 29 de enero de 1810, acordó transmitir el gobierno y el mando a un Supremo Consejo de Regencia, y la Junta Suprema Central se disolvió. El 29 de mayo siguiente, el Supremo Consejo de Regencia se trasladó a Cádiz. Por fin, la apertura de las Cortes generales y extraordinarias tuvo lugar el 24 de septiembre de 1810 en la isla de León; en esta ocasión, se dio la potestad ejecutiva al Supremo Consejo de Regencia, y se le tomó juramento; se votó la libertad de imprenta y se nombró una Comisión encargada de preparar el proyecto de una Constitución. En esta ocasión, se manifestaron dos tendencias en las Cortes: la de los liberales y la de los serviles. El 20 de febrero de 1811, se celebró la última sesión en la isla de León, y, el 24 del mismo mes, tuvo lugar la primera sesión en Cádiz en la iglesia de san Felipe Neri; en esta ocasión, las Cortes abolieron la pena del tormento y los títulos de vasallo, vasallaje y todos los restos del antiguo feudalismo; luego se dio lectura a las dos primeras partes del proyecto de la Constitución; la tercera parte se leyó el 6 de noviembre; y la cuarta y última, el 26 de diciembre del mismo año; pero la discusión duró hasta el 23 de enero de 1812; conforme a este proyecto de Constitución, las Cortes crearon el Consejo de Estado, y, el 19 de marzo de 1812, fue proclamada la Constitución, con sus 384 artículos; después, las Cortes crearon el Tribunal Especial de Guerra y Marina. En este mismo año, las Cortes abolieron el Voto de Santiago, consistente en un tributo que tenían que pagar los labradores (media fanega de trigo, unos 22 kilos, por cada yugada de tierra) a la iglesia del Apóstol Santiago, según lo decretó el rey Ramiro I de Asturias (842-850) el 25 de mayo del año 834 en Calahorra, por la ayuda que dicho apóstol le había prestado en la batalla de Clavijo, la cual (como se demostró después) ni siquiera existió, y el documento (en el que se funda ese tributo), atribuido al rey Ramiro I, también era falso, pues, entre otras irregularidades de ese documento, está la fecha que lleva del año 834, cuando aún faltaban ocho años para que comenzara a reinar Ramiro I; no obstante, la Santa Sede había aprobado dicho voto. A pesar de esta abolición por las Cortes, el mencionado tributo se siguió pagando hasta el año 1834 (véase en esta fecha).
(Continuará).