Primero fue el coltán, el mineral imprescindible para nuestros teléfonos móviles, ordenadores, armas teledirigidas…necesario para su funcionamiento y que sin embargo el 80% de ese mineral compuesto es extraído en la República Democrática del Congo (RDC), en minas a cielo abierto que son verdaderos campos de concentración, donde obligan a trabajar a los niños, a las mujeres, esclavizando a miles de personas y donde las violaciones, los asesinatos y la ausencia de los derechos humanos, están presentes día a día. En la actualidad la situación no ha cambiado pese a que tanto la Comunidad Internacional como las grandes multinacionales saben lo que ocurre y no ponen soluciones. Mucho se ha escrito, mucho se ha denunciado, pero todo sigue igual. El sufrimiento y la sangre de unos para el beneficio ciego de otros.
Opinión
¿ESTA ES LA ESPAÑA QUE NOS MERECEMOS, EL MADRID QUE NOS MERECEMOS, EL COLMENAR VIEJO QUE NOS MERECEMOS?

Foto publicada por la presidenta de la Comunidad de Madrid y retuiteada por el PP de Colmenar Viejo en https://twitter.com/IdiazAyuso/status/1464261141207658507?t=K1srtyiyk7uvz72uv5hJ7A&s=08
Es razonable que cualquier colectivo humano apoye los llamamientos a la prudencia frente a la pandemia y el aumento de contagios. Pese a ello, dirigentes políticos han incumplido recientemente obligaciones y recomendaciones que son objeto de sanción penal y administrativa y, cuando menos, de reprimenda pública. Personalmente, no he tenido nunca inconveniente en poner sobre la mesa aquellas cuestiones que tengan efectos y consecuencias, beneficiosas o perjudiciales, para todos los ciudadanos, vecinos o visitantes, independientemente de la posición ideológica de los responsables de esos temas. He esperado tres semanas a que los responsables políticos, las autoridades sanitarias o judiciales, o los medios recogieran este hecho, pero ha sido silenciado por unos y por otros.
Españunga-unga y el mito de la caverna nacional
Nuestras sociedades actuales, en mayor o menor medida, son como la caverna de la que hablaba Platón: prisiones de la apariencia, de reflejos y sombras, de lo puramente sensible. Micromundos creados en base a informaciones y percepciones manipuladas que no son más que pequeños fragmentos deformados de la realidad. Y quien porta los objetos proyectados en la pared de la cueva es también quién crea la realidad que viven sus esclavos.
“Empatía envuelta en celofán de 8 bits” – Lisandro Prieto Femenía
Podemos y PodeVOX
Eran muchas las voces, allá por el 2014 y 2015, que pedían un Podemos de derechas. Y efectivamente VOX llegó para cubrir ese hueco. Estas son las dos caras de la figura del “falso profeta” del cual ya nos advertía la biblia. En tiempos en los que la democracia tiene la imagen claramente dañada, los populismos y extremismos surgen de las sombras.
¿Hemos colapsado ya?
El agotamiento de los combustibles fósiles de los que tanto dependemos está provocando un espectacular aumento en el precio de la energía, generando una reacción en cadena que afecta a todos los sectores de la sociedad. La imposibilidad de mantener el ritmo de producción y suministro hace que todo el sistema se tambalee.
La pandemia vino para quedarse
No solamente no se va a ir la actual pandemia, sino que van a surgir otras más peligrosas y mortales.
El espíritu de Ermua cae en el olvido
Mucho ha llovido desde aquellos tiempos. Es verdad que hace ya también mucho que ETA no derrama sangre. Pero no hay que olvidar que la derrota de ETA fue un éxito colectivo de un gran pacto de estado entre gobiernos y oposiciones durante 4 legislaturas, y de españoles de todas y cada una de las provincias hasta que la misma ETA firmó ella sola su disolución.
#No nos callarán
Ningún sistema democrático se sostiene sin una real libertad de expresión.
Pocas acciones despiertan mayor temor en los círculos políticos y económicos como el ejercicio de un periodismo crítico, independiente, ético y sin compromiso alguno con esos sectores. De ahí que las reacciones viscerales de ciertos gobiernos hundidos en la corrupción, hayan escalado hasta transformar el desempeño periodístico en un severo riesgo de persecución, acoso y, en muchos casos, la muerte de quienes se hayan atrevido a traspasar la línea de lo tolerado por las mafias en el poder.
A propósito de la libertad de prensa, cuando la línea entre la arbitrariedad y la prevaricación es difusa
Al trantrán de la polémica de los indultos, un consejero autonómico ha afirmado sin pudor: “… La línea entre la arbitrariedad y la prevaricación es difusa".
Esta aseveración por sí sola debería avergonzar a una clase política que permite que muchas decisiones administrativas relacionadas con la contratación y la actividad pública se resuelvan digitalmente, a dedo, como siempre, o mediante la aplicación de algoritmos sesgados a favor de familiares, amigos, correligionarios, o socios; y al mismo tiempo en contra de los que disienten, critican, o simplemente ejercen actividades empresariales contrarias a las de los benefactores y financistas del decisor político.
¿Por qué a los ojos?
Los procesos de movilización y represión de la protesta social en diferentes lugares del mundo, han sido signados por un mismo modus operandi:
las lesiones oculares deliberadas hacia los y las manifestantes.
Desnaturalizando la servidumbre voluntaria
En una emblemática y conocidísima editorial de su programa, el periodista y escritor español Jesús Quintero nos regaló un mensaje exquisito que hoy vamos a analizar respecto a un asunto inquietante para muchos, pero intrascendente para una gran mayoría, a saber, el tipo de existencia que responde a la servidumbre voluntaria. Nos advierte Quintero: “Siembre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza.
El caos reina en Madrid
Hay que retrotraerse al 14 de Mayo para comenzar a comprender la situación política y epidemiológica que vive hoy la Comunidad de Madrid. Es decir, a los días en los que Isabel Díaz Ayuso acusaba al Gobierno Central de imponer un mando único dictatorial que cercenaba las libertades de las y los madrileños, las libertades de los suyos.