La infertilidad es una de las situaciones vitales más dolorosas y que sorprendentemente, desde el punto de vista psicológico, se encuentra en cierto modo desatendida.
Supone la renuncia a un modelo de vida y a un deseo vital. Sin embargo, si algo he aprendido ejerciendo como psicólogo, es que al ser humano le mueve más fuerte la pasión que el miedo.
Es por eso que cada vez más mujeres o parejas deciden someterse a procesos de inseminación asistida. La medicina (la cual debería garantizar la salud de las personas), ha encontrado un nicho comercial en las clínicas de fertilidad.