La aparición de nuevas enfermedades pulmonares en EEUU encendió la alarma sobre los peligros reales detrás de los vaporizadores, cada vez más consumidos en América Latina. Mientras México organiza una mega convención de 'vapeadores', los consumidores siguen eludiendo las restricciones para su comercialización.
Los vaporizadores o cigarrillos electrónicos volvieron en los últimos días al centro de la polémica, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la posibilidad de prohibir la comercialización de cartuchos saborizados. La declaración se dio ante la muerte de siete personas y la acumulación de pacientes con enfermedades pulmonares derivadas de estos dispositivos.
En efecto, la preocupación de las autoridades parece centrarse especialmente en los vaporizadores que utilizan cartuchos con tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo del cannabis.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, las siete víctimas se registraron en los estados de California, Illinois, Indiana, Kansas, Minnesota y Oregon. Además, hay 36 estados que registran, en total, más de 400 pacientes con enfermedades pulmonares asociadas al uso del cigarrillo electrónico.
Mientras las autoridades evalúan nuevas restricciones, como la que ya tomó el estado de Nueva York al prohibir la venta de vaporizadores saborizados, la ciencia intenta establecer la verdadera relación entre las enfermedades y los aceites utilizados por los dispositivos.
Un estudio publicado en la revista científica New England Journal of Medicine detectó que en un grupo de 53 pacientes, el 84% dijo haber utilizado dispositivos con THC. Si bien entre los pacientes fueron relevadas 14 marcas diferentes de productos con THC y 13 con nicotina, el estudio destaca que más de la mitad de los usuarios utilizaron productos de una marca conocida como 'Dank Vape'.
Precisamente, 'Dank Vape' es una de las marcas mencionadas como relacionadas a las enfermedades pulmonares por el Departamento de Salud del Gobierno de Nueva York, junto con 'Chronic Carts', debido a la presencia de altos niveles de acetato de vitamina E.
Según el departamento de Salud neoyorkino, se sabe que la vitamina E no es dañina cuando se la utiliza como suplemento alimenticio o es aplicada en la piel pero no están claros sus efectos cuando es inhalada, como sucede con los vaporizadores. Para las autoridades, las "propiedades oleosas" de la vitamina E podrían estar asociadas a las enfermedades pulmonares.
Pero los cuestionamientos a los cigarrillos electrónicos también tienen su contraparte entre los usuarios y empresas que se dedican a una industria que, más allá de la polémica, continúa creciendo en el mundo. Un ejemplo de ello es la 'Vape Trade Convention', un encuentro latinoamericano de usuarios de vaporizadores que se realiza en Ciudad de México y que tendrá en noviembre su tercera edición.
Rafael Flores Vega, responsable de marketing de VTC, dijo a Sputnik que en muchos de los casos de intoxicaciones con vaporizadores la responsabilidad es del usuario. "No podemos controlar que algún usuario utilice un cartucho de vaporizador con sustancias que son ilegales en ese país", apuntó.
De hecho, la propia empresa 'Dank Vapes' dedica varias publicaciones en su web y redes a aconsejar a sus usuarios cómo detectar 'cartuchos falsos', que no contarían con las garantías en su elaboración.
Los que siguen confiando en los vaporizadores
Al tiempo que las autoridades sanitarias de los países se esfuerzan en actualizar las regulaciones, los usuarios de los cigarrillos electrónicos parecen no dejar de crecer. Según un relevamiento de Euromonitor, la cantidad de usuarios de vaporizadores en todo el mundo pasó de 7 millones en 2011 a 35 millones en 2016 y podría alcanzar los 55 millones de usuarios en 2021.