Resulta asqueroso, y perdonen que utilice este término, como ciertas formaciones políticas están utilizando la situación actual que vivimos con el coronavirus para sacar rédito político, en un momento donde, con errores o sin ellos, de quien corresponda, habría que arrimar el hombro y tratar de salir adelante con los menos muertos posibles.
A la hipocresía política que utiliza la ultraderecha española se le ha unido la derechona rancia catalana, con su presidente, el sr. Torra, que ha dado positivo, a la cabeza, que utiliza el COVID19, con fines independentistas, anteponiendo su estatus personal al de la población en general.
Pero quizá, lo que más nos importa a la mayor parte de los españoles es que la situación que estamos atravesando con este virus, de la que todos tendríamos que ir de la mano, PP y Vox utilizan esta grave pandemia a nivel mundial para tratar de sacar rédito político, acusando al gobierno de mala gestión en la implantación de medidas.
Como ya es habitual, en cualquier grupo de ideología fascista, la mujer es una especie de cero a la izquierda. Desde la llegada de Vox a las instituciones democráticas (su líder jamás permitió, durante 40 años, que las personas de ideología contraria formaran parte de las instituciones, solo de las cunetas), el ataque contra la mujer ha sido su pan del día. Por eso no tuvieron escrúpulos en criticar abiertamente que se permitiera la manifestación del Día de la Mujer.
Coincidiendo con las primeras decisiones del gobierno para combatir esta pandemia que nos afecta, Vox celebró un congreso en Vistaalegre, al que acudió, sin ningún problema, uno de sus máximos dirigentes, Javier Ortega Smith, ya infectado con el coronavirus, dando positivo al día siguiente. El ultraderechista Abascal, principal responsable de este acto, no se cortó en echarle las culpas al actual gobierno por haber permitido la celebración de este congreso. ¿Se imaginan lo que hubiera ocurrido si sede la instancias gubernamentales prohíben este acto? La virulencia y los calificativos de las facciones fascistas hubieran sido terribles.